La Casa Uruguaya cuenta con dos estilos definidos, manteniendo todas las estrategias pero variando sus materiales. Ambos estilos se basan en la arquitectura bioclimática, con un sobretecho y una segunda piel.

Esta malla de protección exterior se separa de la casa para actuar como fachada ventilada, protegiendo la casa del sol y la mejora de su funcionamiento térmico. Funciona generando sombras en las fachadas, disminuyendo de este modo la temperatura del aire que queda en el espacio entre la malla y las paredes exteriores de la casa.